
Toda memoria castigada será sin tu voz
o el olvido con las mismas soledades.
No tus ojos en esa esquina o en el lecho
ni tus manos rescatando del consistente vacío.
La nostalgia intensa y pervasiva,
(diseminada en leves detalles u objetos cotidianos)
sedimenta los oprobios del día
argumentando con tristezas repetidas
los fundamentos esenciales de la noche.
Hay evidencias de nítidos recuerdos
escasas secuencias de tus difusas imágenes,
que en la sutil gradación de la ausencia al olvido
(sin la dispersión de otras voces)
serán, para siempre, obliteradas por el miedo.
Moderadas tibiezas afanan un tiempo
donde eras amapola o arcilla,
Y ya no.