
A la trinidad de tu imagen confío mis soledades,
al tríptico de tus ojos de tu voz de tu cuerpo
luces, arrullos y ansiedades que mi fe resiste.
Toda tentación se hará pecado si tu sombra no la acoge.
Fuegos y voluntades serán infiernos sin sentido.
Gracia plena la de poseer el encanto de una sola voz
que aun sumido en oscuros inviernos me rebele
luces, guirnaldas y azulejos, en un lugar donde no existes.
Los brazos abiertos hacia ti y el rostro triste
la lluvia repicando en el asfalto
y todos los inviernos en ese único lugar.
Hermosa oraciòn
ResponderEliminarUn saludo y un rezo por ese trìptico