jueves, 26 de febrero de 2009

INVASION


Turbas de deseos

atacan la torre del tiempo,

de nítida silueta

y triste altura destrozada.


Albas que se cuentan en años

en esperas impasibles

en sórdidos soles,

acuden al lecho

lo derrumban

lo ciñen

lo hunden.


Un código de sueños

destuerce su hilo y tormento.

Aun turbas de sueños

cabalgan

huyen

desaparecen

en la tarde de escombros.


Dormidos cristales secretos

se disuelven hacia la noche.


La muerte gira vencida y se devuelve.


(Del poemario OBJETOS PERSONALES, 2007)

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