He decidido habitar tus sueños.
No la usual pesadilla ni los de tintineo cotidiano
Si no aquellos que ni siquiera intuyes o imaginas
Aquellos de los que tu alma se duele y llora impúdica
Los más ocultos
Los más terribles
Los que no conoces
Los que sumergidos te atan al miedo
Los que no te pertenecen
Los que abundan en tus olvidos
En los que no hay ábacos ni tijeras en cruz
Los que urgen tus noches en blanco
Los que nunca recuerdas
Los que buscas bajo las mesas y en las vacías catedrales
Los que no se explican por la Kabalá ni el Tarot
Para los que no hay alquimia ni horóscopo
Los que abundan en extraños desasosiegos
Aquellos donde el agua sufí no calma la sed
Los que te desangran en muerte
Los que dragan al árbol de la resignación
Los que solo un triste como yo adivina
Sí, es unánime:
He decidido habitar tus sueños.
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