
El amor,
perfilar en la penumbra el rostro amado
como si estuviera muerto.
Esperar inquieto en una esquina una sombra,
un destino, un rostro para siempre.
Dejar los tranquilos días del sol y las certezas
para entrar en un túnel sagrado
donde los sueño deberían cumplirse.
Despojar de cercanías extrañas los recuerdos
rendirse a la evidencia de una sola voz
unos ojos muy cerca
y una piel necesaria y urgente.
Entender que bastara esa única ausencia
para que sutiles soledades concurran
a la triste ceremonia del silencio.
Asumir toda noche venidera como un rito
sabiendo que siempre en la penumbra
habrá un rostro amado como si estuviera muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario