
Soberbio anuncio desde esta sombra
los arcos de luz que habitaran tu piel.
Todo crepúsculo, todo infierno
cantos de sirenas y rompeolas
penumbras y diminutas lejanías,
serán vestigios de un suburbio triste
o solo de esa música esquiva.
Y este escrutinio imperceptible
tensado siempre hasta romperse,
es otro arco de luz que se extiende
como un agua dolorosa
por el filo herido de tu piel.
Asumidas distancias y horrores
navegan las rompientes de tu alma
en el antiguo mapa de una imagen,
con rumbo perdido hacia adentro
y toda arboladura rota
embanderada por los jirones del velamen.
Turbio y lento el reflejo
de un sol amarillo, sucio, desbastado,
engarza oscuridades, una a una,
en los tibios recovecos de tu piel.
Apenas el arco de luz que la habita
rompe la sinuosidad del dolor.
Describo estas certezas en la sombra,
herido de los años enemigos,
absorto ante el vaho del silencio
(Del poemario OBJETOS PERSONALES, 2007)